Los informes de reacciones potencialmente mortales como resultado de los efectos secundarios de las vacunas Pfizer-BioNTech, Moderna y Johnson & Johnson son extremadamente raros. Aún así, es importante abordar cualquier inquietud que puedan tener las personas.
Entre el 14 de diciembre de 2020 y el 14 de junio de 2021, los Estados Unidos ha administrado más de 310 millones de dosis de las tres vacunas contra el Covid-19. Durante ese período de tiempo, la base de datos pública conocida como Vaccine Adverse Event Reporting System, o VAERS, recibió informes de 5,343 muertes entre los que recibieron una vacuna contra el Covid-19.
Es importante recalcar que VAERS es solo un sistema de notificación temprana de primera línea destinado a identificar posibles inquietudes, no problemas confirmados. Cualquiera puede informar cualquier cosa al VAERS, ya sea que esté relacionado con la vacuna o no.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) tienen muy claro que un informe de muerte en VAERS no significa que una vacuna realmente causó la muerte. Los médicos de la CDC y FDA revisan cada uno de estos casos con gran detalle una vez que se les informa. Y esto incluye revisar su historial médico completo.
Para las tres vacunas contra el Covid-19, la CDC ha declarado que no hay evidencia de datos clínicos, certificados de defunción o autopsias que confirmen informes de que hayan causado directamente la muerte. La vacunación en comparación con el riesgo de muerte ha conducido a la posibilidad de muerte de casi el 2 por ciento en los Estados Unidos. Eso significa que 2 de cada 100 personas mueren a causa de una infección por el COVID-19.
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